Escrito por: Yttzé Quijada
Hace más de ocho años se anunciaba un cambio energético astrológico, espiritual en el planeta, como sí un día despertáramos en otro universo, en el que los seres humanos seríamos diferentes, pero, ¿en qué?
Desde hace años seguimos siendo los mismos, tal vez más viejos, pero seguimos siendo los mismos seres irresponsables que no terminamos de madurar y que sea el otro el que cambie.
No importa si seguimos comiendo lo mismo, o si hacemos las mismas tareas, pero, evidentemente, en medio de una pandemia, hemos visto que no es suficiente. Todos los días escuchamos en las noticias las mismas recomendaciones. Llevamos más de 100 días en casa y realizando actividades mínimas en el exterior, pero no hemos logrado ningún cambio trascendental en plena ·era de acuario·.
Seguimos esperando que nos digan cómo comportarnos, aunque hemos pasado por procesos históricos de avances en el sector salud, aún seguimos cometiendo las mismas faltas de higiene.
Vivimos en la nueva era sin lavarnos las manos de manera constante, escupiendo en las calles, hacinados en el transporte público, sea metro o camión. Pareciera que, desconocemos qué es y cómo se comporta un virus.
La era de acuario no sólo es tecnología, es parte de, pero nadie nos dijo que es una responsabilidad, todos exigimos nuestros derechos, sin embargo, hemos olvidado que tenemos responsabilidades como ciudadanos. Cada país cuenta con sus normas, cada Estado y cada localidad tienen las propias, hemos olvidamos quienes somos, hemos olvidado lo que hemos aprendido en la escuela y en casa. No aplicamos ni la física o la química en el día a día. Es irrelevante la clase social a la que pertenezcamos.
La nueva era requiere un compromiso propio, aprender a hacerse responsable de sus acciones y no sólo limpiezas o terapias holísticas, o participar en meditaciones mundiales, no sólo es encender una veladora.
Tiene qué ver con el dejar de comer ciertos productos, cosechar otros, practicar ejercicio en nuestras casas, meditar; cualquier médico reconoce que son acciones a nuestro favor, y en ello debemos seguir, pero debemos mirar no sólo a los simples detalles. La nueva era, en sus letritas rojas, señala que se debe ser coherente y fijarse en el impacto de las acciones mínimas.
En estos días de cuarentena, el universo, el planeta, Dios o en lo que tengas puesta tu Fe, nos ha llevado a casa para reflexionar.
Reflexiona en tu primer hogar, tu cuerpo, ¿qué necesidades requiere? ¿Qué hay en él? Y no porqué este físicamente “imperfecto”, ese no es el problema, sino, ¿qué hay en tu mente? ¿Requieres el mismo vestido o el mismo ejercicio que tus amigas? ¿Sabes cuidar de ti? ¿Para ti que es maternizarte? Hayas o no vivido con tu madre, haya sido o no la mejor, ¿te haces responsable de ti? ¿Eres la madre que soñabas tener? ¿De qué me sirve ser mi propia madre?
La tierra es nuestra gran madre, nos da todo y ahora nos enseña que nuestras acciones han generado impactos ambientales perjudiciales para todos. Es tiempo de que seamos responsables de nuestro destino, debemos madurar, vivir con responsabilidad, la salud y el bienestar son una obligación personal. Como es arriba es abajo.
Yttzé Quijada es instructora de Yoga. ¡Síguela en su página de Facebook!
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